Detrás de los valores relacionados con las ciudades verdes, como por ejemplo: la sostenibilidad, la seguridad, la movilidad y la conservación de los espacios públicos, se necesitan valores morales que ayuden a mantener ciudades no solo habitables medioambientalmente hablando, sino ciudades armoniosas, inclusivas, y participativas. 

Por ello, la idea es que este decálogo funcione como una brújula ética que recuerde que los valores como la justicia, la solidaridad, la transparencia, entre otros, promueven la consolidación de Valencia como una ciudad que no solo sea sostenible y sino responsable a la vez.